CON MAX BUCAILLE

Aquellos de ustedes que, como yo, abrieron aquellos maravillosos libros ilustrados «Les pays égarés», «Les cris de la Fée», «Le scaphandrier des rêves», aprendieron a venerar en Max Bucaille una mente de la más rara distinción. A través de técnicas que siempre desarrolló notablemente: pinturas, gouaches, collages, raíces esculpidas, Max Bucaille se afirmó como un inventor de formas, constantemente cuestionadas y situadas bajo una luz que no distraía del rigor de una investigación erudita. Matemático de profesión, Max Bucaille nunca dejó de utilizar sus conocimientos de las matemáticas modernas para introducirnos, a través de sus obras, en el analissitus que la Topología aplica a los problemas humildes: no pasar nunca dos veces por el mismo punto en un paseo; colorear siempre con claridad las fronteras trazadas en un atlas entre dos países vecinos. O, más sencillamente aún, Max Bucaille utiliza las transformaciones geométricas (con o sin rotación de ejes) para obtener estas deliciosas imágenes, cuyo exquisito encanto nos encanta.

Maurice RAPIN
1968